20 de febrero de 2021, 10:00 – 11:30
Participantes: Yeray García, Tono Hernández, Oriol Jara, María Martínez (DAMA) y Zoraida Pelegrina.
Para empezar, los guionistas Oriol Jara y Tono Hernández nos hablaron de cómo se crean los realities y sobre los distintos tipos que existen. En primer lugar, una cadena en concreto quiere crear un reality y contacta con una productora que suele tener un departamento de Contenido y de Producción que se encarga de ello. Ahí es cuando empieza la labor de los guionistas, porque deben crear todo tipo de situaciones que llevarán a les participantes a donde elles quieren mediante las pruebas. Para conseguir su objetivo, les guionistes se ayudan de psicólogues para escoger a les participantes dependiendo de las personalidades que tengan y, así, crear situaciones humanas de drama o de tensión y entretener al público. Los dos guionistas también nos contaron que existen distintos tipos de realities como los docurealities, que no son un género documental en sí mismo, sino que cuentan con la intervención de les guionistas que sugieren cómo debe ir la trama, y los docushows, que no cuentan con la intervención de les guionistas y simplemente dejan fluir la acción. En este último, el equipo de grabación tiene prohibido mirar a los ojos a les participantes para que se relajen y se olviden de que les están grabando. Por último, Oriol Jara nos comentó que les guionistas que se dedican a producir realities cobran menos que aquelles que se dedican a les series o a las películas porque se consideran productos de «segunda categoría».
Yeray García y Zoraida Pelegrina empezaron sus intervenciones diciendo que, al principio, tenían muy en cuenta la condensación a la hora de traducir para voces superpuestas, pero que al final lo tienes muy por mano e intentas dejarlo lo más «apañado» posible. También nos contaron que la locución se introduce un segundo después de que empiece la locución original y se termina un segundo antes. A continuación, Zoraida nos contó que, si hay mucha prisa, las temporadas se suelen dividir entre varies traductores, pero que lo mejor es que une misme traductore se encargue de toda una temporada para que tenga una cierta coherencia terminológica y que, si no puede ser así, lo ideal sería que hubiera una revisión interna para homogeneizar los términos. Sobre el tema de las tarifas, tanto Yeray como Zoraida estuvieron de acuerdo en que los realities están peor pagados que las series o las películas, aunque, según ellos, este tipo de traducción requiere el mismo trabajo que traducir otros productos audiovisuales. En cuanto al material, nos contaron que los guiones que reciben suelen ser transcripciones o plantillas de subtítulos y que, si faltan intervenciones, les clientes lo tienen que saber. En último lugar, nos contaron que lo ideal sería entregar dos episodios traducidos de 20 a 30 minutos a la semana o un episodio semanal si es de 40, 45 o 55 minutos, pero entregar tres episodios o más es una locura.
En último lugar, María Martínez, de DAMA, nos explicó que los realities no tienen derechos de autor porque se consideran grabaciones audiovisuales y no obras audiovisuales por el hecho de que, en este tipo de producciones, la impronta creativa de les autores originales se ve modificada por les propies intervinientes (como les guionistes o les participantes). En resumen, se considera que se introducen elementos que son ajenos al control de les autores y eso desvirtúa su impronta creativa. Sobre si en un futuro los realities podrían derivar en derechos de autor, María Martínez dijo que es complicado porque, para que eso ocurra, toda la obra tiene que ser considerada como perceptiva a la hora de cobrarlos. Nos contó que ocurre lo mismo con la audiodescripción, pero que lo están estudiando. Según María Martínez, esto ocurre porque la jurisprudencia va a rebufo de la actualidad y ahora mismo está claramente obsoleta.